domingo, 3 de abril de 2016

Vete y no vuelvas....

Querido chichón...

Los médicos te dan otro nombre, pero yo me he acostumbrado a llamarte así.
Llevamos juntos mucho tiempo y ha llegado la hora de despedirnos. Necesito que te vayas en silencio, necesito despedirme de ti, necesito pasar pagina y te pido por favor que no me lo pongas difícil.

Ha llegado el tiempo de disfrutar de la vida, de los cumpleaños, de las fiestas del cole de mi peque, de disfrutar de la familia, de los amigos, de mis Cositas de Pepita, sin estar pensando en una fecha de caducidad.
Quiero poder dormir sin desvelarme pensando en ti, quiero quitarme esta presión del pecho, quiero hacer planes a largo plazo y sobretodo quiero vivir.

Me has enseñado a valorar y mirar la vida de forma diferente, a disfrutar de los pequeños momentos, a decir lo que pienso, a rodearme de buena gente, a superarme, a ser más fuerte y más valiente, pero también me has enseñado el miedo en estado puro, el miedo a perder.

A veces me pregunto por qué he tenido tan mala suerte, por qué me ha tocado a mi con toda la mala gente que hay suelta. Pero luego miro a mi marido y a mi niño, que son los amores de mi vida, y miro a mis padres y hermanos, a los que no puedo querer más, pienso en todas las personas que ya no están, pero que siguen en mi corazón. Miro mi gran familia que me llaman y envían mensajes preocupándose por mi. Miro mis amigos de toda la vida, que se saben de memoria todas las citas de mis médicos. Mis amigas, de lo bueno lo mejor, que se preocupan de comprarme pijamas para que este mona en el hospital, y a todos los nuevos amigos que me voy encontrando por el camino y que ya son parte de la familia. A las que dejaron de ser compañeras para convertirse en amigas, miro a mis seguidores que me mandan mensajes de apoyo, miro todo esto y me doy cuenta de lo equivocada que estoy y de la gran suerte que tengo.
Gracias a todos por estar ahí, gracias por las estampitas, por las velas, por las llamadas, por los mensajes, gracias por todo, nunca lo voy a olvidar.

Dicho lo cual querido chichón, ahora cojo mi pañuelito de papel, me seco los lagrimones y me propongo tirar pa lante. Porque yo lo valgo, porque soy fuerte, porque me niego a ser cobarde, porque me tienes muy harta. Así que te voy a decir como la canción de Pimpinela "Olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta!!!".

Hoy me haces decir "hasta luego" a uno de los amores de mi vida, Las cositas de Pepita, cosa que no te perdonaré en la vida. Sé que prontito estaré de vuelta, pero no os preocupéis que la familia Pepita sigue trabajando. Sólo os pedimos un pequeño favor, que los encargos los hagáis como mínimo con un mes de antelación, estamos seguros de que comprenderéis las razones y os lo agradecemos de antemano.

Me despido con la frase "Bicho Malo Nunca Muere", una frase que me deja mucho más tranquila....... Ea















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